Las pequeñas y medianas empresas francesas listas para exportar

En ocasiones basta con dar un empujón… Las pequeñas y medianas empresas francesas (PYMES) ofrecen productos y servicios excelentes que responden a la demanda mundial. Ahora, en buena compañía y con indicios de éxito, van a intentar crecer en el extranjero.

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Bien es sabido que las grandes empresas francesas son muy competentes en el ámbito internacional. Sin embargo, las PYMES (empresas con menos de 250 trabajadores) hacen las veces de pariente pobre en lo que respecta a la exportación: «No tienen experiencia en la exportación», señala Christophe Lecourtier, director general de Ubifrance, la Agencia francesa de desarrollo internacional de las empresas. Por contra, países como Alemania e Italia cuentan con 450 000 y 200 000 PYMES exportadoras respectivamente, frente a las 80 000 de Francia».

No obstante, la situación está mejorando. Francia dispone de una economía diversificada, a la vanguardia en aquellos sectores con gran demanda mundial. Numerosas empresas innovadoras desarrollan su actividad en los sectores del desarrollo sostenible, las energías renovables y el tratamiento del aire, el agua, los residuos… Además, las empresas francesas también gozan de reconocimiento en la fabricación de piezas y compuestos de materiales de transporte (como trenes, tranvías, metros, aeronáutica), que actualmente los países emergentes demandan con fuerza. También están bien representadas en el sector de la maquinaria agrícola, especialmente de viticultura; de hecho, Francia es líder en este mercado tan demandado en Brasil, China, Argentina, Ucrania y Rusia. Por si fuera poco, las PYMES francesas hacen valer su experiencia en los sectores de la salud, las tecnologías de la información, la telefonía y la informática; y, por supuesto, como viene siendo tradición, la gastronomía, los productos de lujo, la moda y el diseño representan nichos de mercado en los que los franceses están perfectamente asentados.

En tres años, el número de PYMES francesas que realizan operaciones en el extranjero se ha multiplicado por tres. Este avance se debe en gran parte al dispositivo voluntarista que se puso en marcha en 2007. Ubifrance, la Agencia francesa de desarrollo internacional de las empresas, iniciativa de los poderes públicos franceses, se convirtió en el lazo de unión entre las PYMES francesas y los mercados exteriores. En la actualidad, este organismo público reúne 67 oficinas en 46 países. Dichas oficinas dan trabajo a 1400 personas, de las cuales el 80 % son colaboradores locales que ofrecen a las empresas francesas su red de contactos y su perfecto conocimiento del país.

Las empresas candidatas a lanzarse a la exportación disponen también de estudios y consejos pensados para que puedan elegir el mercado más adecuado, contacten con los mejores interlocutores y encuentren financiación. Además, pueden aprovechar recomendaciones perfectamente focalizadas en las leyes, las normativas sanitarias y de aduanas... y consejos respecto de la actitud y los códigos comerciales que deben adoptar para adaptarse a las distintas realidades locales. Por otro lado, los responsables de las PYMES pueden beneficiarse de ayudas financieras destinadas a aliviar el coste de los viajes y la presencia en ferias profesionales. «Nuestra vocación se basa en aportar ideas, suscitar las ganas de salir y ayudar sobre el terreno», indica Christophe Lecourtier. Esta actividad se complementa perfectamente con la realizada por los Servicios económicos de las representaciones diplomáticas francesas en el extranjero: «Estos servicios se ocupan de los grandes intereses estratégicos, de los asuntos relacionados con el G20, el FMI, la OMC, de análisis financieros y económicos, y de los grandes contratos. Podría decirse que ellos son la cabeza y nosotros las piernas», añade Christophe Lecourtier.

En 2010, Ubifrance ha ayudado a 10 000 presidentes de empresas en un total de 22 000 misiones. En los meses siguientes a dichas misiones, un tercio de las PYMES que recibieron las prestaciones experimentaron un amplio desarrollo comercial, mediante la firma de contratos y la apertura de una representación o filial en el extranjero. La Agencia ha iniciado colaboraciones con las cámaras de comercio y de industria francesas, especialmente a través de la iniciativa Programme France Export (Programa para la exportación en Francia) que desarrolla cada año un millar de acciones de promoción comercial. Los responsables de las PYMES que deseen desarrollar su actividad en el extranjero pueden contar igualmente con la Compagnie des Conseils et Experts Financiers (CCEF, Compañía de consejos y expertos financieros) cuyos voluntarios, hombres de negocios experimentados, se reúnen con los novatos y comparten sus experiencias; una forma rápida y práctica de desarrollar ideas, y de evitar errores in situ. En lo que respecta a las operaciones y la cobertura de los riesgos por impagos, organismos como el OSEO o la COFACE apoyan la innovación y el crecimiento de las PYMES, y proponen una amplia variedad de garantías destinadas a favorecer el desarrollo internacional de las empresas.

«Actuamos como catalizador. Basta con establecer contactos y ofrecer confianza», afirma Christophe Lecourtier. Prueba de ello son los elocuentes éxitos de Brasil o Dubái; un nivel considerable de actividad en China; importantes hazañas en Estados Unidos y Alemania; un poderoso ascenso en el Sudeste Asiático, en Indonesia, Malasia, Tailandia y la India, así como en Latinoamérica, concretamente en Chile y en Argentina.

Tras haber conseguido afianzar su notoriedad, la Agencia francesa de desarrollo internacional de las empresas, sin dejar de acompañar a los exportadores primerizos, pretende ampliar su abanico de servicios para alcanzar un nuevo objetivo cuyas necesidades son sensiblemente diferentes: las empresas de tamaño medio (ETI), que revelan un potencial de expansión considerable.

Sitio web: http://www.ubifrance.fr

Sylvie Thomas
Actualidad en Francia n° 17, mayo de 2011

Modificado el 07/06/2011

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